Natural de Santiago de Chile, ( 1.988), se puede decir de ella aquello de “casta le viene al galgo”, y también que “había nacido con estrella”, puesto que es hija de un saxofonista tenor y pedagogo de prestigio como Marcos Aldana, al que su hija desde los seis años le pedía que le enseñara a tocar. Y bueno, tras enseñarle a que pudiera al menos soplar con éxito el instrumento le compró un saxo alto, en el que algo mas mayorcita empezó a ejercitarse oyendo a tocar a Charlie Parker y a otros maestros del saxo. Pero que ocurrió? Pues que fue escuchar a Sonny Rollins y decantarse por el saxo tenor, que había en casa de su abuelo. Familia saxofónica, sin duda. Y hasta hoy.
Y a los dieciséis añitos ya iba por los clubes de jazz de Santiago. Se enteró de que el pianista panameño Danilo Pérez visitaba la ciudad con una formación de Wayne Shorter, y como había un cierto contacto con el pianista, por un lazo familiar remoto, se reunió con él que la invitó para que tocara en el Festival de Jazz de Panamá, donde obtuvo un gran éxito, que le permitió acudir a la Escuela de Música de Berkle, donde tuvo entre otros profesores a Joe Lovano, Greg Osby, George Garzone y Ralph Peterson: ¡Casi nada¡ Se graduó y marcha, como casi todos, a Nueva York, donde la orienta George Coleman, otro maestro.
De ahí pasó a ser de una promesa del tenor a toda una realidad excelente, liderando sus propias formaciones, ganando premios y certámenes, que les impulsaron al estrellato, tenía buena estrella. Hoy es una de las figuras más reconocidas del saxo tenor, a pesar de ser relativamente joven y ha grabado varios álbumes con éxito relevante. Es un prodigio en lo que a improvisación se refiere.
Está anunciada su actuación en la temporada que se inaugura este fin de semana en el Clarence Jazz Club de Torremolinos. Pero aún no sé la fecha. Espero poder ir a verla.