El pasado 26 de este mes de octubre se nos fue uno de los más grandes bateristas de todos los tiempos, una leyenda de las baquetas que ha acompañado, a su vez a gigantes del jazz como Miles Davis, Joe Henderson, Pat Metheny, Freddie Hubard, Chick Corea, Herbie Hancock, McCoy Tyner…., la lista sería interminable.
Formó parte del llamado “trío americano” de Keith Jarrett, junto con el también desaparecido contrabajista Gary Peacock. Fue formando parte de ese trío cuando tal vez viera por primera vez al mítico baterista en un concierto memorable en Donosti, en la segunda mitad de los ochenta. Después recuerdo haberlo visto en otras formaciones.
DeJohnette también era pianista y la melódica, instrumento de viento similar al acordeón, que es nada usual en el jazz, pero sin duda su instrumento principal fue la batería, en la que destacaba por su manera particular de tocar el platillo de ritmo, el discurso fuerte y claro en los tambores y un charleston muy libre. Y es que el desaparecido baterista tocaba de manera muy libre, pero a pesar de esa libertad concordaba extraordinariamente con sus compinches en cada actuación, en cada grabación.
Reunía la fuerza de Elvin Jones y la elegancia de Roy Haynes. Fue además compositor fino y sutil y animador de grupos desde finales de los setenta.
El pasado 26 su batería dejó de sonar. El jazz ha perdido a otra más de sus leyendas históricas. Descanse en paz, Jack DeJohnette.