Martiniqués de origen, nacido en Filadelfia en 1.926, la influencia de sus abuelos, pastor baptista el abuelo y cantante de cantos litúrgicos la abuela, hizo nacer la pasión por la música que le acompañó toda su vida. Fue oír a Nat King Cole lo que inicialmente le inclinó a formar un trío de piano, pero pronto fue el órgano el instrumento que le cautivó tras escuchar a Will Bill Davis. En 1.978 concibió y se construyó un órgano personalísimo, la “Bennett Machine”, como él lo llamaba, que multiplicaba las voces, pareciéndose a una orquesta. Ese instrumento lo utilizó hasta el final y lo dominaba como posiblemente nadie lo ha hecho. Los escenarios preferidos de Lou eran los clubes, el “Blue Note” de Paris entre ellos, el “Jamboree” de Barcelona, “Clamores” y “Café Central” de Madrid, y aquí en Málaga lo pudimos ver en los desaparecidos “Cantor de Jazz” y “Ragtime”, y hasta estuvo en el Toulousse donde lo colocaron en un lugar inverosímil, en alto, como si en un púlpito se encontrara. La música apenas se oía. Protesté inútilmente por ello. Lou parecía un tipo enigmático. A pesar de pasar muchos años en España, Madrid y Cambrils le dieron cobijo. No aprendió nunca nuestro idioma. El manejo de su pie derecho en el teclado de su órgano se asemejaba al de un gran contrabajista. Lou Bennett fue un músico honrado, fiel a sí mismo. El jazz de este país le debe mucho al organista. Su figura, su música, su elegancia sobria creó afición. Embrujaba a la parroquia. Fui al San Juan Evangelista cuando se le rindió un homenaje, fue emotivo aquello. Lou nos dejó a los 70 años.
Publicaciones Similares
Miguel Quijano, «In memoriam».
A lo largo de la vida tenemos contacto con muchas personas. Conocer, realmente conocemos a pocas. Incluso a lo mejor no nos conocemos demasiado bien a nosotros mismos. A veces, intuimos, la mayoría de las veces tarde, que hubiera merecido la pena conocer más en profundidad a determinadas personas. Al poco tiempo de empezar a…
Lou Donaldson, tocado por el blues.
El próximo 1 de noviembre cumplirá los 97 años. Creo que ya no anda entre bambalinas, pero estuvo hasta los 87 al menos dale que te pego al saxo alto y hasta cantando blues que hablan de “un marido que se está quedando pobre porque su mujer no hace más que darle al whiskey”, argumento…
Booker Ervin, un tejano sin suerte.
Tejano de 1.930. Una crisis renal se lo llevó con cuarenta años en Nueva York. Aprendió a darle a la música con el trombón de su padre, pero su pase por el ejército le hizo aprender a tocar allí, en plan autodidacta, el saxo. De vez en cuando hay algo que agradecer a los “milis”….
Y pronto de Festival.
El próximo 6 de noviembre echa a andar la 37 edición del Festival Internacional de Jazz en Málaga, que concluirá el siguiente lunes 13. El cartel es bueno, no voy a decir que no. Tal vez podría correrse un poquito más de riesgo. Echo en falta mas presencia de jazz europeo, y, como siempre digo,…
José James, ensanchando caminos.
Dice José James (Minneapolis 1.978) que el jazz se le queda pequeño, que le encorseta y es por eso por lo que camina por otros territorios como el soul, el hip hop y el rap; pero también es cierto que el aprendizaje de grandes maestros en la prestigiosa Nueva Escuela de Jazz y Música Contemporánea…
Freddie Green, la guitarra leal y discreta.
La forma de tocar la guitarra tumbada sobre sus rodillas, no sólo era original, sino que también era una fórmula para sacarle el mayor partido a su toque, porque conseguía obtener una mayor potencia y una mayor amplificación de las cuerdas bajas, cuando de acordes se trataba. Freddie Green, el guitarrista sempiterno de la orquesta…