Mis amigos del jazz: Javier de Cambra.
Conocí a Javier a finales de los ochenta. Era Cambra un tipo especial: ingenioso, agudo, sumamente inteligente, culto, divertido, pero también difícil de llevar. Su carácter indomable le jugó malas pasadas y todas las cualidades antedichas no le sirvieron para lo que se llama triunfar en la vida. Licenciado en Filosofía pura, se ganó la…