Desde la humildad extrema, desde la libertad absoluta, desde sólo un cierto grado de compromiso, y cómo uno mas de mis divertimentos, me decido a formular este blog, para continuar una afición que me ha acompañado desde que se instauraron los mecanismos de grabación, abiertos al gran público. Cuando aparecieron los primeros magnetofones y las cassetes correspondientes empecé a grabar a amigos, amigas, familiares y a algo mas que amigas cintas de música, con cierto esmero y utilizado tal arma como elemento de seducción, bien sea amistosa, buscando un acercamiento y, por supuesto, amorosa. o inconfesable……Bueno, ya me entienden.
Cuando apareció el Cd virgen en el que se podía grabar, este nuevo formato sustituyó a las viejas cassetes y seguí con esa estrategia no diseñada, valga la contradicción, grabando cds. a diestro y siniestro, Raro es que no vaya a casa de un amigo o amiga, familiar o familiara y que no encuentre uno o varios cds con mi letra inscrita, con títulos a veces, absurdos, que les grabé en su día, por cualquier motivo o excusa. Tiempo ha que el cd se vio superado por el internet., como le dicen los antiguos. Facebook fue otra herramienta que utilicé en su día, profusamente, hasta que me cansé de otras historias que aparejaba. Hace casi cinco años que me liberé de la Caralibro. El WhatsApp fue su sustituto. Con el confinamiento me dio por escribir sobre músicas y músicos, añadir interpretaciones de cada cual y enviar a muchos de mis amigos, no todos. Durante mucho tiempo he sido el martillo pilón que, cada mañana, ha invadido vuestro móvil, con menor o mayor acogida. En definitiva, a lo largo de mi trayectoria, sin que ello estuviera establecido como un proyecto o un trazado, sino todo lo contrario, he tratado de compartir una de mis pasiones adheridas a mi pellejo, a mi sentir, a mi vida: la música. Probablemente esa pasión es heredada de mis inmediatos progenitores que la amaban y me la supieron transmitir. No supieron ellos o, bueno si, sufrieron ellos, hasta qué punto. Música de muchos espectros. Decía el gran Duke Ellington que sólo había dos clases de música, la buena y la mala. Yo procuro compartir lo que, a mi modesto juicio, considero música buena, Huyo de etiquetas, aunque, a veces, sean necesarias. Y aquí me veo, iniciando un blog del que ignoro su recorrido. Si será constante, si será fruto de unos días, o que me inspirará. Y YA ESTÁ BIEN.
Iré colgando textos ya escritos en los micro surcos musicales, introducir la música que se acompañó en su momento, es trabajo de chinos, y no tengo ninguno a mano y que me perdonen los chinos. En Spotify, en «miguelcarvi», podréis encontrar muchos de los temas que he colgado.
Lo nuevo será nuevo y si procuraré acompañarlo de su música
En fin, chicas, chicos, ahí lo dejo. Espero que me sepáis disculpar los fallos y que poco a poco, iré mejorando esto. Besos y abrazos varios.