Ya hablamos de Gilberto Gil (Salvador, 1.942), cuando hablamos del movimiento Tropicalismo, del que es uno de sus iconos.
Su música recibe influencias del rock, del reggae y de la popular brasileira, incluida la samba y la bossa nova.
Fue encarcelado, junto a Caetano Veloso, por la dictadura militar en 1.968, acusado de menospreciar los símbolos nacionales e “intentar alterar el orden institucional mediante mensajes objetivos y subjetivos que alentaban a la población para que se rebelara contra el gobierno”, Durante su estancia en prisión compuso varias canciones, de contenido futurista, que retuvo en la memoria, por no poder escribirlas. Tras el encarcelamiento de dos meses “lo exilaron”, para evitar males menores, a Londres, donde estuvo tres años. Para despedirse compuso la canción “Aquele abraco” (léase con cedilla), samba irónica, que es una de las más representativas de su obra, y se convirtió en una canción simbólica de la lucha contrala dictadura.
Implicado en la ducha por los derechos sociales y por el medio, fue concejal del municipio de Salvador de Bahía desde 1.988 hasta 1.992, Durante cinco años, desde 2.003 hasta su dimisión en 2.008,, fue Ministro de Cultura durante el primer gobierno de Lula da Silva, desde el que defendió el acceso a la cultura como un derecho básico de la ciudadanía, al igual que el derecho a la educación y a un medio ambiente saludable..
Gilberto también ha fusionado la música africana con la de su país, tras una gira que realizó en 1977, en la que se relacionó entre otros con el gran Fela Kuti Se ha embarcado en varios proyectos variados y novedosos, como alma inquieta que es, ganando varios premios Grammy.