DAME LA MANO.
Dame la mano, vamos por la orilla
muy cerca del mar
palpitante,
tendremos la medida de las cosas
tan sólo con decirnos que seguimos amándonos.
Y las lejanas barcas como las de la arena
un discreto y fiel aire tomarán,
y no nos mirarán:
mirarán nuevas rutas
con le lenta mirada del vigía distraído
Dame la mano, apoya la mejilla
sobre mi pecho, no temas a nadie.
Y las palmeras nos darán su sombra.
Y las gaviotas, bajo el sol que brilla,
nos traerán el salobre sabor que nos empapa
el amor, todo cuanto hay junto al mar:
y yo besaré entonces tu mejilla:
y nos llevará el beso al juego del amor.
Dame la mano, vamos por la orilla
muy cerca del mar
palpitante:
tendremos la medida de las cosas
tan sólo con decirnos que seguimos amándonos.
Joan Salvat-Papasseit.
A veces, sin ninguna razón especial al menos consciente, uno se despierta, se levanta y se dirige a un libro de su modesta estantería reservada a la poesía y coge un libro. Hoy, no sé si por este día otoñal que está marcando el comienzo oficial del verano, mis ojos y mis manos se han dirigido al que editara Visor en 1.984 del poeta autodidacta, de ideario ácrata, temperamento romántico, primer poeta proletario de la lengua catalana, según reza su contraportada, que fue Joan Salvat Papasseit (1.894-1924).
Y con el libro en la mano “Poemas de amor” se me vino a la cabeza Serrat, el cantante que me descubrió al poeta en aquel concierto de 1.971 en Granada en el Teatro Isabel la Católica. Creo que he dicho por aquí que al día siguiente del concierto me compré, sacrificando un cine y unas cervecillas supongo, el vinilo “Mi Niñez” del Nano y también el single que contiene “Quasi una dona” y la “Canco per Joan Salvat Papasseit” que las cantó en aquel concierto. El primer Serrat que oí fue el de “Canco de la matinada”, una maravilla, al igual que la preciosa “Paraules d´amor”, emotividad a raudales. Fue el Serrat en catalán que nada tiene que envidiar al Serrat en castellano. Se me vienen a la cabeza «La tieta», «El drapaire», «Bon dia», «Pare»…..
Bueno, pues ya están justificados los “Micro Surcos Musicales” que cuelgo hoy. Son surcos, más o menos micro, o mas o menos macro, de mi vida, y de su banda sonora.
El poema de Joan-Salvat Papasseit es precioso. Las cuatro canciones en catalán de Serrat me encantan. Recuerdo oírlas mucho en el cuarto del balcón