No recuerdo en qué año fue, sobre mediados de los ochenta, cuando Lester Bowie actuó en el Cervantes, creo que al frente de la “Brass Fantasy” y además en verano. El arriba firmante se encontraba entre las primeras filas y llevaba una camiseta negra que me regalaron, en la que se veían unas letras en grande “Harley Davidson” y me imagino la fotografía de una moto. Tras el concierto me fui al “Cantor de Jazz” y al rato apareció por allí Lester Bowie, lo saludé y me dijo que me había visto desde el escenario y que se imaginaba que tenía una moto de esa marca, me eché a reír y le dije que yo en la moto era malo hasta de paquete. No creo que me entendiera. El caso es que Miguel Cantor nos sacó una foto con su Polaroid y al llevarla a ampliar a una tienda me la perdieron. No me he preocupado de sacarme fotos con los músicos con los que he estado y para una vez que tenía una……
Bowie fue un trompetista y fliscornista nacido en Maryland en 1.941 y que se movió siempre por los caminos de la vanguardia, desde que marchara a Chicago y tuviera contacto con otros como Roscoe Mitchell y Joseph Jarman. Allí montaron la “Asociación para el Avance de la Música Creativa” y, más adelante, en 1.976 el grupo “Art Ensemble of Chicago”, al que tuve ocasión de ver en dos ocasiones. También lideró la “Brass Fantasy”, y fue a raíz de una estancia en París, unos años antes, cuando le dio por actuar con una bata de médico en el escenario. No le pregunté por qué. Bowie no destacaba porque tuviera una técnica prodigiosa, pero sí era un gran improvisador y sabía transformar temas de otros en algo nuevo y distinto, como lo podemos comprobar. Era un tipo divertido que se nos fue en 1.990 y con él un trompetista original. Recuerdo que la primera vez que lo vi con los Art Ensemble en Donosti, desarrollaron en el escenario una especie de historia de la música desde el tam tam, hasta la actualidad de entonces. Os dejo con dos temas superconocidos, Bob Marley y Paul Anka, o incluso Claude Francois, que no Sinatra, revisitados.