«Tengo el hígado jodido y el corazón roto. Me he bebido un río desde que me hiciste pedazos. Y no tengo problemas con la bebida, excepto cuando no puedo conseguir un trago. Me gustaría que la hubieras conocido. Éramos todo una pareja». Lo canta Tom Waits uno de mis músicos de cabecera. Su voz inconfundible la vuelca en muy variados registros, en alaridos, en canciones que llaman de sonido industrial, o suavemente con su voz quebrada, que parece salir de un cuerpo resacoso, en baladas bañadas por el country, el blues o el jazz. Su díscola imagen contrasta con su vida familiar tradicional y duradera. Tom Waits, un tipo poliédrico y genial.
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