Esta chica cumplió 41 años en enero. De padre predicador y madre cantante de gospel en las misas, tenía todos los ingredientes típicos para ser cantante de jazz, a pesar de que sus progenitores no querían que cantara música profana. Sin embargo, la espiritualidad está presente en su música. Autodidacta con catorce años en el aprendizaje del piano. Su voz es profunda y tiene un gran sentido del blues. La descubrí hará unos quince años y nos ha visitado dos veces. Pude verla la segunda vez en el Cervantes. La primera me cogió fuera. No me defraudó. Lizz Wright es una de las voces femeninas más importantes del jazz del panorama actúas, en el sentido más amplio del término jazz. Ya estamos viendo que hoy hay una permeabilidad de géneros. Como soy poco purista, aunque algunas veces me han calificado como tal, celebro esa permeabilidad, que, normalmente, es enriquecedora.
Escuchemos a esta mujer, bella, original, compositora también y que espero nos sorprenda todavía con su obra.