Recuerdo que un día hablando, antes de un concierto, con el gran periodista, crítico de jazz, poeta, maestro de mucho y de muchos y tantas cosas más y, por supuesto, amigo, el danés Ebbe Traberg, que, ambos sentíamos, en esos momentos una especie de cosquilleo en el estómago, tal vez por la incertidumbre en lo que nos iba a deparar la actuación de los músicos, una cierta inquietud que normalmente se calmaba cuando transcurría la actuación. Y que esa sensación se repetía normalmente momentos antes del inicio de cada concierto.
Reconozco que cuando me dirigía al teatro para asistir al concierto de Kandace Springs, no tuve esa inquietud. Iba tranquilo, había escuchado discos de la cantante y pianista de Nashville que no me habían entusiasmado demasiado, pero sí albergaba curiosidad por cómo sería su directo.
Y bueno, he de decir que su simpatía y su arte, su voz y su dominio del piano, mejor que con el Rhodes, con el que alternaba su acompañamiento, sedujo desde el principio al personal. Acompañada por la contrabajista panameña Caylen Bryant, que además cantó en coro y alguna vez en solitario, mostrando una extraordinaria voz que me recordó en algún a la misma Aretha Franklin, y por la eficaz y sutil baterista Taylor More, la Springs más que homenajear a Billie Holiday, como parecía anunciarse hizo un recorrido por sus anteriores trabajos discográficos, luciendo su técnica pianística, su conocimiento de los grandes clásicos como Rachmaninoff, Debussy, Mozart, Chopin y Beethoven, mediante interludios de sus obras, que utilizaba como presentación o acompañamiento de sus canciones.
Así pudimos escuchar entre otros temas, fue generosa con dos bises, “Fix me”, con fondo de Chopin, el estándar de Hoagy Carmichael “The Nearmes of you”, otro estándar “Angel eyes”, dos temas de Roberta Flack, “The first time ever i say you face” y Killing my sofly” que ciertamente los bordó, y ese otro “I Put a spell on you”, con fondo pianístico de la sonata “Claro de luna” de Beethoven que, ciertamente me llegó.
Reconozco que me emociono con cierta facilidad, soy propenso a ello.
Sin embargo, la Springs no llegó en demasía a tocarme la fibra sensible, salvo en alguno de los temas referidos que os ofrezco y os he ofrecido para su escucha anteriormente. A veces, también es cuestión de días o de los momentos personales en los que se escuchen los temas. Todo es relativo.
Lo cierto es que Kandace Springs sedujo y mucho al personal, claro es que el público de Málaga, aunque hubiera muchos guiris, es muy generoso.
En cualquier caso, mereció la pena escuchar a esta artista cuya valoración se irá acrecentando con el tiempo. Recursos no le faltan.