
Nacido en San Luis allá por el 1906, antes que el clarinete cursó estudios de violín, piano y batería, sin demasiado interés y fue la escucha del clarinetista “Yellow” Nuñez y sus magnificas improvisaciones lo que le hizo decantarse por este instrumento, del que es uno de los intérpretes más cualificados de la historia.
La historia de Russell es sorprendente pues tocó con tradicionales como Bix Beiderbecke en los años veinte, como con Thelonious Monk en los sesenta. De ahí que su ubicación, si se tratara de eso, pues sería difícil de encajar, pero tampoco hay demasiada necesidad.
Es lo cierto que si bien su estilo se podría encuadrar en el Dixieland, que también se llamó en su momento Jazz de Chicago, ello sería engañoso, o cuando menos limitativo, puesto que Russell le imprimió a esa música una modernidad, unas innovaciones que la liberaban de los típicos corsés.
Me gusta escuchar el clarinete de Pee Wee que, sin duda, puede alegrar la mañana y si persistes el día completo, y animar a bailar swingueando.
Pee Wee Russell, al que denominaron “el poeta del clarinete”, fue un heterodoxo del jazz, lo cual me gusta, inventor de sonidos, infractor de normas, y los mas inteligentes músicos de jazz lo entendieron y accedieron a su música y reclamaban su presencia.
Nos dejó en 1.969.