Ya bastante me repito, vuestra paciencia y tal vez, algo de mala memoria, ejem, me lo perdonan. Viene esto a cuenta de que iba a hacer un podcast para felicitar el año nuevo y, para no repetirme, escuché el del año pasado, y bueno, pensé que podía trasladarse a este año, porque vigente era; pero tampoco quiero hacer trampas en el solitario.

Las Navidades, el Año Nuevo, los Reyes Magos son fechas tradicionales y repetitivas como ellas solas, aunque los abrazos sean otros o distintos. Y aquí estamos, felicitando el 2.025, sin premio porfa, y cayendo en el tópico de desear felicidad, paz, armonía, justicia, tolerancia y belleza.

La letra de la archiconocida “Es un mundo maravilloso”, cursi y relamida, pues sirve, porque la música es bien bonita, para acompañar a esos deseos.

El otro día oía en la radio al filósofo y pedagogo Gregorio Lury utilizar un término “mermelada sentimental” que ya empleó el siempre lúcido Josep Plá que decía que “lo pringaba todo”, para referirse a ese emotivismo que nos lleva a considerar que todo es mas verdadero cuanto más lo sentimos y que más vale una emoción, y si es una indignación o un entusiasmo más, que un silogismo. ´

Siendo algo generalizado la incontinencia afectiva de la que tantas veces hacemos gala, que muchas veces es mas falsa que real, se hace mucho mas presente en estas fechas de los abrazos, aunque abran el camino a la ignorancia absoluta del resto del año, en muchas de las relaciones tan fraternales navideñas. Esa incontinencia afectiva es, en muchas ocasiones, hipocresía pura y dura.

No creo que expresar buenos deseos sea incurrir en esa falsedad. Por desgracia complicado es mostrarse optimista en este mundo y ya no hablo del hecho cierto de que estemos sentados en un polvorín, que puede estallar en cualquier momento, con guerras relativamente cercanas y otras mas lejos de las que ni nos enteramos que, por supuesto, desearía que acabaran, pero ya, con soluciones justas. Me gustaría poder ser optimista también en nuestra España, en el que también tenemos nuestro polvorín que contiene polarización,  mentiras,  sectarismo,  dogmatismo, intolerancia, injusticia, y demasiada falsa ideología. Mis deseos irían por el camino de que todos arrimáramos el hombro para avanzar juntos, minimizando tantos aspectos negativos, desterrando fantasmas y espantajos, avanzar en la concordia, porque la ideología y los sentimientos emocionales no lo son todo. Hay que dejar espacio  a la razón y al sentido común, que a veces parece el menos común de los sentidos.

 ¡FELIZ AÑO NUEVO¡.

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Un comentario

  1. Me has hecho recordar tiempos muy pasados, y fíjate si han pasado que ya, hoy 1 de enero, entro en una nueva etapa de mi vida, quizá un poco triste, pues hoy empieza mi jubilación!

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