Saxofonista: bajo, tenor, soprano y sopranino, clarinetista, flautista y compositor. Noruego de 1.947, de niño quería tocar la batería, pero no cabía en la vivienda, así que tras oír a Coltrane, se dijo que el saxo era lo suyo. Además de la de Coltrane recibió la influencia de Archie Sheep, Pharoah Sanders y Albert Ayler, todos del universo “free”.
Tocó con George Russell y años mas tarde de conocer a Keith Jarrett inició una serie de colaboraciones con el pianista y una de sus piezas mas conocidos es la que os ofrezco como última propuesta, “My song”, que ya habéis escuchado por aquí y que es una maravilla. No me canso de oírla.
Garbarek también ha trabajado con Chick Corea, Don Cherry, Terje Rypdal, Ralph Townerm Egberto Gismonti, Charlie Haden, Bill Frisell, entre otros muchos.
Su música trasciende el jazz y se ha mezclado con la música de la tradición hindú, música de cámara contemporánea y sacra del renacimiento y nuestro hombre queda invadido por la mística. Ahí me pilló en un concierto en Sevilla, en plena mística y debo confesar que acabé hasta el gorro de mística, o me cogió en mal momento místico-personal, quien sabe, el caso es que me aburrí soberanamente.
Su sonido es melancólico, la mayor parte de las veces. Bueno os formulo cuatro propuestas, además del “My Song”, cuya escucha es obligada, un “Hasta siempre”, que es cálido, a pesar de la frialdad característica del noruego, “In praise of dream”, que engancha por ese diálogo fascinante entre el saxo y la viola, y un “Berimbau” que se inicia con un solo del instrumento, del mismo nombre, de origen africano que toca Nana Vasconcelos, que no deja indiferente.
¡Con ustedes Jan Garbarek, que, a veces, consigue emocionar.