Llamaba “autofisiopsíquica” a la música que tocaba, “música del yo físico, mental y espiritual y también del corazón”, según explicaba.
Saxofonista tenor, flautista, oboísta, clarinetista bajo y compositor, natural de Tennesse (1.920), no se le conocía demasiado por estos lares, a pesar de ser uno de los músicos mas influyentes del panorama jazzístico de su tiempo.
Se convirtió al Islam, como tantos otros músicos norteamericanos y le dio un enfoque espiritual a su obra, con anterioridad a que lo hiciera Coltrane.
Todo su empeño lo concentró en fusionar el jazz con la música de Oriente Medio. De él podíamos decir aquello de Machado, he andado muchos caminos, he abierto muchas veredas, he navegado en cien mares y atracado en cien riberas”. Afirmaba que “toda cultura tiene alguna información. Por eso estudié con un flautista indio, la música de Stockhausen, la de los pigmeos de la selva tropical, que es una música muy rica. Uno debe buscar esa información hasta que muera”.
Tocó con Roy Eldridge, Dizzy Gillespie, Charlie Mingus, Donald Byrd, Cannoball Addderley entre otros, y por supuesto, lideró sus propias formaciones. Fue autor de obras mayores como “The African American Epic Suite”, que interpretó la Orquesta WDR en Alemania.
Sonny Rollins decía de él que “era un enorme espíritu que todo el mundo en nuestro arte amaba, y no sólo un gran amigo, sino un modelo de vida”.
Yusef Lateef, murió en diciembre de 2.013.