Adiós a Hans, un gran tipo.

El domingo por la tarde me dieron la triste noticia, Hans Khun nos había dicho adiós el sábado. Fue su viuda Ado quien me comunicó el fallecimiento, acompañándome por whatsapp una foto de la ceremonia en la que un saxo y un contrabajo tocaron para despedir al gran aficionado al jazz que era Hans.

Pero, además de gran aficionado, Hans era un gran conocedor de la música en general, de la música clásica contemporánea, del jazz en general, del jazz de vanguardia. Aprendí mucho de él, no solo en las tiendas de discos que regentó, primero en la tercera planta de Proteo, y después en la calle Cister, ( ironías del destino, hoy lunes es el día mundial de las tiendas de discos), sino también alrededor de unas cañas, en las reuniones de la Asociación de Amigos del Jazz de entonces,  o en la asistencia a conciertos con ida y vuelta a Sevilla, como en los de Paul Bley y Cecil Taylor, o en tantos otros en Málaga que solíamos comentar.

Hans era un tipo íntegro, honrado a carta cabal, y puedo dar fe de ello. Generoso, cumplidor, discreto, su timidez, presente en su sonrisa, no le impedía que pudiera ocupar su espacio en cualquier lugar con su saber estar, su educación y sus conocimientos.

Durante bastante tiempo nos veíamos con frecuencia, sobre todo cuando tenía la tienda de discos, santuario de buena música y de la que fui cliente fiel. Poco antes del Covid, le perdí la pista, no cogía el teléfono, y no tenía forma de contactar con él. Sorpresivamente me lo encontré en el concierto que Fred Hersch dio en el Picasso. Estaba seriamente afectado por el Parkinson, enfermedad que le había atacado sin piedad, por eso ya no atendía el teléfono. Al cabo de un tiempo lo vi en el concierto de Perico Sambeat en el Conservatorio María Cristina. Me pareció percibir cierta mejoría, no sé si fue el deseo. Después supe que la enfermedad iba progresando cruelmente.

Se nos ha ido Hans, un gran aficionado al jazz, pero mucho más que eso, una gran persona, con una calidad humana envidiable.