Tal vez se puede afirmar que la locura fue el hilo conductor de la historia de esta banda británica que naciera en 1.966, del talento de los fundadores principales Roger Waters, bajista y Roger “Syd” Barret guitarrista y cantante.
Fue la banda de la psicodelia, por definición, y también la que asombró a propios y extraños con la calidad de su sonido, el tono y el texto de las letras, muchas de ellas surrealistas, inspiradas por la experiencia con las drogas, LSD. Sobre todo. Sus directos eran espectaculares de una sofisticación visual nunca anteriormente vista, valga la redundancia.
Pioneros en la creación del sonido llamado espacial con el uso de los sintetizadores, Pink Flyd se convirtieron en la alternativa a las dos bandas que arrasaban como fueron Beatles y Rolling Stones. Su música no era bailable, y se dijo, por entonces que había nacido el “rock místico”.
“Syd” Barret hubo de dejar el grupo, porque se deslizó gravemente hacia la locura. Le sustituyó David Gilmour que le dio un impulso más técnico, más calmado, más alejado de las locuras creativas de su sustituido. Con él se inicia la segunda etapa en la historia de la banda con los éxitos que todos conocemos, algunos presentes en las propuestas de una nueva escucha que formulo.
Roger Waters también sucumbió en una especie de demencia megalomaniaca que acabo transformada en odio al éxito, y en andar peleado con el mundo, lo que culminó en su salida del grupo.
Aunque hubo discos posteriores y nuevas composiciones, el público siempre pedía y se identificaba con los temas emblemáticos del grupo. Todos los componentes, excepto Barrett que solo consiguió grabar un disco en solitario, continuaron su carrera como líderes sacando a la luz grabaciones relevantes.
Personalmente Pink Floyd me atraparon en su día, como a tantos otros, y sus discos “The Dark Side of the Moon”, “Wish you were here”, inicialmente y posteriormente “The Wall”, este en menor medida, los escuché repetidas veces…, en variadas situaciones. La psicodelia es lo que tiene….