Aquel 25 de abril de 1.974 nos sorprendió la noticia. Resulta que Portugal existía mas allá de verla pegadita a España en el mapa. Que además debía de cultivar claveles rojos en abundancia porque su pueblo los lucia y sus soldados los colgaban de las bayonetas de los fusiles que no disparaban, sino que confraternizaban con la población, a partir de esa fecha. Conocimos que existía un pueblo, o mejor, una “Vila morena” que se llamaba Grandola. Que un cantante, Zeca Alfonso le había cantado a Grandola. Y que la emisión de esa canción, hasta entonces prohibida por el régimen salazarista de Marcelo Caetano, por “Radio Renascensa” (no encuentro la c con cejilla), fue la señal para que se iniciara la marcha pacifica del ejército dominado por el llamado “Movimiento de las Fuerzas Armadas”, hacia Lisboa.
Nos familiarizamos con los nombres de los militares portugueses: Spínola, Costa Gomes, Vasco Gonsalvez, Vasco Lourenso, (otra c con cedilla), Melo Antunes, Rosa Coutinho, Eanes, el comandante Otelo (Saraiva de Carvalho)… y de los políticos que regresaban del exilio: Álvaro Cunhal, Mario Soares….Recientemente se ha sacado del anonimato a uno de los capitanes de abril, Salgueiro Maia, que después fue marginado, o más bien se automarginó, cuando había tenido un papel destacado marchando desde Santarem a Lisboa. Se ha hecho recientemente una película sobre su figura. Según una opinión muy generalizada en Lisboa, “los militares de abril” no han tenido el reconocimiento público que merecían.
Hacía tercero de Derecho en Granada por aquel entonces. Seguíamos los acontecimientos de la revolución con interés y envidia. Creo que no he comprado ni llevado por las calles más claveles rojos en mi vida. Las floristas de la Plaza Bib Rambla estarían encantadas, aunque no cantaran “Ay Portugal porque te quiero tanto”. La simbología era clara. Pero llevar claveles rojos no era motivo de detención. Las Facultades se llenaron de primavera…
El siguiente número del semanario “Triunfo” llevó a su portada la bandera portuguesa, con el título: “Portugal: tan cerca, tan lejos”.
Me gusta Portugal y siempre que he ido por allí, me he sentido muy a gusto. Me gusta el fado, más allá de la gran Amalia. Hoy sigo envidiando a los vecinos portugueses por muchas cosas.
Un bonito homenaje a este gran Pais ¡Viva el 25 de Abril!