Poca información fiable hay de su vida. Nació en 1.915 en uno de los típicos solares de La Habana, parece que en el llamado “Pan con Timba”. Quedó huérfano de madre siendo un niño. Desde muy pequeño se sintió fascinado por los ritmos africanos. Fue un tipo conflictivo y peleón. Probablemente el vivir en el solar “el Africa”, en el que la policía no se atreviera a entrar contribuyera decisivamente a ello. Allí se trasladó su familia muy pronto. Por la comisión de algunos actos delictivos que cometería, Chano pasó una temporada en un reformatorio.
Su pasión por los ritmos africanos le condujo a iniciarse con el tambor o la tumbadora, y empezó a tocar en las comparsas en los carnavales habaneros. También bailaba y cantaba. Un schowman, en toda regla.Fue Miguelito Valdés el que influyó de forma decisiva en la carrera musical de Chano Pozo, que se convirtió, sin tener formación musical en compositor de rumbas.
Parece ser que fue en 1.946 cuando se marchó a Nueva York, siguiendo a Miguelito Valdés, viviendo en un pequeño apartamento de Harlem con su amante, una bailarina cubana a la que llamaban Cacha. Su mujer, Laura, la había dejado en la isla. Porque Chano también era un reconocido mujeriego, lo que le causaría algún que otro problema. Tocando en la orquesta de “Machito”, fue como conoció a Dizzy Gillespie que, además de ser uno de los inventores del del bebop, andaba siempre en busca de nuevos sonidos y, por ende, se había interesado en los ritmos afrocubanos. Así fue como Chano Pozo se introdujo en los territorios del jazz, siendo el gran artífice de introducir la tumbadora o los tambores en este género, y por tanto, uno de los responsables de lo que se primero se llamó cubop y después jazz latino.
La composición que supuso el reconocimiento del universo musical de Chano Pozo, fue “Manteca” que se convirtió en un tema estelar del repertorio de Gillespie. Sin embargo, Pozo poco pudo disfrutar de ese reconocimiento porque, al poco tiempo, fue abatido a tiros en el Café Rio de la Lenox Avenue. Otro cubano, “El Cabito”, con el que el día anterior había tenido una fuerte discusión, fue el que descargó sobre Chano su revolver. Era el 2 de diciembre de 1.948. En la película “Chico y Rita” de Trueba, que recomiendo si no la habéis visto, y que es una recreación de la vida de Bebo Valdés, se recoge la escena del homicidio. Os propongo su visión. Os dejo con el gran Chano Pozo, el “Tambor de Cuba”.