Carla Bley nos ha dejado. El tumor cerebral que padecía ha acabado con su vida. Tenía 87 años. En su momento se publicó lo que sigue:
Carla Bley es sin duda una luchadora. Su padre, profesor de piano, organista, y director del coro de la iglesia de su ciudad natal Oakland (California), seguro que contribuiría en un inicio a fomentar su pasión por la música. Pero desde los quince años se independizó de la familia y se dedicó a vender partituras, porque Carla es compositora, pianista, saxofonista, arreglista y directora de sus bandas. Sus partituras sirvieron para cantantes folk y para que fueron interpretadas por ella misma en los piano-bar. Se marcha a Nueva York y allí trabaja de tabaquera en un club de jazz. Es allí donde conoce al pianista, que posteriormente fue su primer marido, el pianista Paul Bley. Se abre el camino a que sus composiciones seduzcan a muchos músicos del planeta del jazz, como Jimmy Giuffre, George Russell, Art Famer etc. Después ha sido impulsora de grandes proyectos, siempre en el terreno de la vanguardia, tal vez uno de los más conocidos sea el de la “Liberation Music Orchestra” coliderándolo con Charlie Haden. Ha pasado por el free, por el jazz rock, por la música europea contemporánea, siempre bajo la influencia de Kurt Weill. También el blues ha tamizado su obra y la electrificación, introduciendo sintetizadores, y guitarras amplificadas. Y hasta ha compuesto una ópera. Ha trascendido al jazz. Dirige sus bandas desde el piano, suave y discretamente. Nuestra protagonista sigue en la brecha, aunque ya tiene su edad, nació en 1.938.