Aprovechando el Día Internacional del Jazz, ¡Felicidades Jazz¡, me permito recordar algo de su historia, superbrevemente, en cuatro pinceladas. Vamos a ello:
La historia del jazz, desde sus orígenes, es una historia de fusiones. Se atribuye a Nueva Orleans, ser la cuna del jazz. Bueno, con matices, la música de todo un continente, no puede nacer en un solo lugar, pero dejémoslo así. Sí es cierto que en Nueva Orleans se produjo una especie de crisol en los que se fundían los “cantos de trabajo” de las plantaciones, los “espirituales” de las ceremonias religiosas al aire libre, los “primitivos blues folklóricos”, la música culta franco-española, la música de los burdeles concentrados en Storyville. Toda esa conjunción dio lugar al “Jass”, término sobre cuyo significado hay varias versiones, que después ya se denominó jazz.
Pero antes del jazz, existió el “ragtime”, cuya cabeza visible fue Scott Joplin y que la película “El Golpe” de George Roy Hill, contribuyó a popularizar.
Hay quien, salvando la simplificación que supone, identifica los distintos estilos del jazz con las décadas de tiempo en que se hicieron más presentes y, ciertamente, es útil hacerlo, aún a sabiendas que ni los estilos ni los tiempos son compartimentos estancos.
Pues bueno, alrededor de 1.890, el “ragtime”, música compuesta, pianística, con influencia de la música clásica europea, que si bien contiene Swing, uno de los elementos del jazz, carece de otro fundamental, como es la improvisación. Ahí tenéis a Scott Joplin con su famoso “The entertainer”.
Década de 1.900, el estilo Nueva Orleans: lo que hemos dicho antes de la cristalización o crisol de diferentes músicas. El Mississippi era un caudal de agua, pero también de música, en la que se podía distinguir entre el estilo criollo, influido por la música francesa con el clarinete como instrumento protagonista y el estilo americano, protagonizado por la raza negra, con una clara influencia africana. Jelly Roll Morton colocaba en sus tarjetas que era “Inventor del jazz”. Menudo vanidoso. Pero en fin, ahí va.
En la década de 1.910 es cuando los blancos entran en el jazz, es el estilo Dixieland, música menos expresiva, más limpia, mas pulida, la Original Dixieland Jazz Band fue la banda más relevante y el primer disco de jazz que se fue esta banda la que lo grabó.
La década de 1.920 se asocia con el estilo Chicago que realmente fue la amplificación en esta ciudad del estilo de Nueva Orleans, eran los maestros procedentes de esta última ciudad los que emigraron a Chicago, donde el blues reinaba por doquier, siendo Bessie Smith la reina. En el estilo de Chicago adquiere mayor importancia la parte del solista, y el saxofón adquiere mayor protagonismo como instrumento. King Oliver fue quien dirigió la mejor orquesta de Chicago, proveniente de Nueva Orleans, en ella destacaba un tal Louis Armstrong. Al trompetista Bix Beirderbecke, también se le asocia con este estilo.
La década de 1.930 está vinculada al estilo Swing, el estilo que se identifica con las big bands, de los grandes éxitos comerciales. La aparición de las big bands no impidió que surgieran también grandes solistas, Coleman Hawkins, Chu Berry, en el tenor, Teddy Wilson y Fats Waller a las teclados, Benny Carter y Johnny Hodges al alto, Roy Eldridge, Rex Stewart a la trompeta…., entre otros muchos. Y en cantidad de veces se complementaban para mayor riqueza y gloria del resultado. Benny Goodman es un ejemplo de ello.
(Continuará)