Cantante, compositor, actor, director, diplomático y poeta. Todo ello fue este francés de origen armenio otomano, nacido en 1924 en París donde su familia se encontraba exiliada. Siempre tuvo a Armenia en su corazón y fue embajador de dicho país en Suiza y en Naciones Unidas,
Cuando comenzó su carrera artística los críticos le dieron la espalda, no tiene buena voz, es feo y encima, bajito. Y Carlos pasó de ellos, y hoy es uno de los cantantes más prolíficos de la historia, en sus facetas de compositor, numero de grabaciones realizadas y de ventas de las mismas. Como actor también tuvo su chance, interviniendo en películas como “Tirez sur le pianiste” de Truffautt, entre otras. Se lamentaba de que no se le leyera lo suficiente, lo que implicaba que no se le valorara, como debiera, su faceta de compositor; pero reconocía que no le había ido nada mal “ a un chaval que salió del colegio a los diez años y medio, sin pena ni gloria”. Su padre, barítono, le enseñó lo que sabía, según contaba. Aznavour cantó al amor, al tiempo que pasa, las alegrías, las decepciones…., y lo hizo en su idioma natal, en inglés, en español, en italiano…. Muchas de sus canciones rezuman nostalgia y melancolía. Sin duda era un cantante universalmente reconocido y su obra perdurará siempre. Murió en el 2018, pocos días después de dar su último concierto, esto es, murió con las botas puestas, cual el General Custer.
Que bonita y desgarradora canción la del segundo video. Enseñanza de vida para aprender lo verdaderamente importante de esta vida. Gracias Miguel por acercarnos a personas que como yo, desconocían a artistas tan magistrales con los que sueles sorprenderme cada día. Un abrazo amigo.
Gracias a ti, Mina. No planifico nada. Se me ocurre cada día, para el siguiente y me documento acudiendo a fuentes abiertas a todos. Bueno, en determinada música tengo mi bibliografía, y siempre los recuerdos. Un abrazo.