En los tiempos que corren en los que a un mindundi imbécil, como Pablo Hasél, se le considera artista y cuyos berridos son defendidos por supuestos antifascistas, que ni siquiera saben quién fue Tejero, (más de 40 años del 23f) , se me ha ocurrido traer a estos micro surcos a un cantautor, poeta, intelectual y político coherente en su última etapa, que nos dejó hace ya más de diez años. Lo vi en algún recital y su álbum «Tiempo de espera» lo escuché mucho en su momento, dejó surcos en mi vida, y a oírlo acudo, de vez en cuando, provocándome siempre la emoción.
Poesía, sentido del humor, cultura y combatividad fueron algunas de las virtudes que acompañaron a este maño, que hoy nos daría lecciones de rectitud y verdad en este tiempo en el que la perversión del lenguaje forma parte, desgraciadamente, de nuestra vida cotidiana.
No necesita más presentación. ¡ Habrá un día en que todos….¡
2 comentarios
Los comentarios están cerrados.
Ya ves… Fue un grande. Los que tuvimos la suerte de conocerlo y de ser sus alumnos todavia extrañamos mas a este tipo de personas, muy auténticas y entrañables. Empáticas y siempre al lado de los que necesitaban ayuda. Sensibles y valientes. En fin, lo que hoy se denomina » un crak». Me sigo acordando de la letra de sus canciones y no solo por ser maña.
El milagro de Lamberto es genial y divertida.