Espléndido el concierto que nos ofreció anoche Fred Hersch en el Teatro Cervantes que no se llenó.
Hersch sólo al piano nos deleitó con temas de Jobim, como “O grande amor”, con el que inició el concierto, intercalando piezas de su nuevo disco “Silent, listening”, como “Star Crosse Loves” o “Starlight”, con versiones rebosantes de otros compositores con el lirismo y delicadeza que preside su estilo, como en la versión que nos ofreció de “Palhaco” de Egberto Gismonti, o el paseo que nos dio con por Gershwin enlazando “I Iove you Porgy” y “Embraceable You”, o por Thelonious Monk enlazando “Round Midnight” y “ Bemsha Swing” y un tema con predominio del ragtime que nos trasladaba a los “saloones” del lejano Oeste.
Y espléndido fue Hersch en los bises ya que nos regaló tres, aunque fueran cortitos lo que sorprendió al respetable.
En el Picasso lo vi hace un año y medio o así. También me gusto el concierto, pero en el de ayer el pianista se mostró más cercano.
Lo que sigue es lo que escribí en su día en el blog. Amplió la música que publiqué en su día
Fred Hersh, de Cincinnati, de 1955, empezó a tocar a los 15 años, y muy pronto se estaba codeando con músicos de la talla de Stan Getz, Joe Henderson, Lee Konitz, Art Gamer y Charlie Haden, entre otros. ¡Casi nada¡
Como tantos pianistas su referencia es Bill Evans, como tantos otros..
Enfermó de VIH en 1984 y sigue en tratamiento. En 2008 cayó en coma y permaneció en este estado un par de meses. Hubo de recuperarse porque perdió el tono muscular, tras una rehabilitación intensa. Tuvo que reaprender a tocar y ser el mismo.
Os presento una buena muestra de su lirismo y elegancia interpretativos.
Una de las actuaciones en Almuñécar, hace un par de años. Allí estaba el arriba firmante.