Otra gran dama del jazz que nos visitó, y no solo en el marco del festival de jazz fue la, para mí, inolvidable Jeanne Lee. Su voz y su estilo, personalísimos, a veces difícil, siempre original y poco comercial, motivaron que no fuera reconocida como merecía. Vanguardista
y una de las voces más representativas del free jazz, cantó con muchos de los grandes de este estilo. Sus primeras grabaciones con el pianista Ran Blake fueron muy aclamadas en su momento. Visitó Europa con frecuencia y le gustaba Málaga y contemplar en silencio el mar, durante largo tiempo. La conocí personalmente y viví momentos inolvidables en los que fui su único público. Como aquella madrugada, serían las dos de la mañana en que permitió y agradeció que la acompañara por el Paseo Marítimo, mientras ella cantaba a capella, claro…Quiso salir a respirar aire puro, después de unas horas en aquel club de jazz que se llamaba “Ragtime”. Allí estaban también Lou Bennett, George Cables, Frank Lacy, Ximo Tebar, tal vez Javier Colina… y el director del Festival de aquel año 1995, Javier de Cambra, mi amigo del alma. ! Que tiempos! Su último pianista fue nada menos que Mal Waldron, también el último pianista de Billie Holiday. También lo conocí en aquel año y, para un loco de esta música como yo, esto era muy mucho.
Una noche de octubre del año 2000 mi amigo Javier me dio la triste noticia de que Jeanne se encontraba, en Tijuana, muy enferma y que se estaba recolectando dinero para el tratamiento de su enfermedad. Mi aportación llegaría tarde. Murió a los tres o cuatro días de la llamada de Javier. Un cáncer de colon se la llevó. Tenía 61 años. Publiqué una especie de obituario en el Sur.
Os dejo su voz.