Para los que no conocieron los Micro surcos musicales en el whatsapp.
Como ya he manifestado en la presentación de este divertimento, desde muy joven, desde que se pudo, me ha gustado grabar selecciones de música para regalar a toda persona con la que mantuviera una relación, bien de amistad, afectiva, familiar e incluso, alguna vez, profesional que trascendiera a la mera prestación de servicios. Primero con las cassetes, después con los cds.
Internet vino a ampliar las posibilidades. Utilicé Facebook, como medio de compartir la música que me gustaba. Me fui del «caralibro» por diversas razones y fue entonces el whatsapp el instrumento que utilicé para, de vez en cuando, compartir canciones, coplas, temas o como queramos llamarle, con amigos más o menos cercanos.
El aislamiento absoluto que supuso el confinamiento me animó a compartir música, previo su comentario, con mas contactos de esa red, y fue un amigo el que me indicó que le pusiera un título e indicara la autoría del texto. De ahí surgieron “Los micro surcos musicales de Miguel Carrillo”, que fueron, según me indicaron varios amigos, obtuvieron más difusión porque algunos, a su vez, los enviaban a sus círculos. Tal vez, y lo digo con absoluta modestia, contribuyeron a hacer más llevaderas las mañanas de encierro forzoso y si fue así, pues me alegro. Quiero precisar que el titulo surgió como juego de palabras, porque el término surcos lo uso como sinónimo de huella, para expresar que, en la mayoría de las ocasiones, la música que me atrevía a compartir, había dejado una marca más o menos grande, o micro, en la vida del arriba firmante.
Terminó el confinamiento, pero no la pandemia, y ya puestos, y como me gustaba, continué con el envío de música con sus comentarios personales. Algunos me animaron a confeccionar un blog. Y bueno, me lo han confeccionado: Victor ¡Gracias¡ y aquí va estando el resultado.
Durante un tiempo estuve colgando aquellos comentarios que conservé de “Los micro surcos” de whatsapp,, pero pronto comencé a alternarlos con “publicaciones” nuevas que me fueron surgiendo. No espero nada del blog. Aunque procuraré esmerarme, no va a dejar de ser un mero divertimento de este melómano irredento.
Gracias a quien lo visite y espero que os guste algo.
CUANDO LA MÚSICA SUENA. (Gabriel Celaya)
Cuando la música suena no me lleva mas allá,
me trae más y más acá
a la respiración de mi cuerpo que aún vive
y que es claro que mal existiría
si mi aliento no fuera la respuesta
a otro aliento más amplio y concertado,
y si además no añadiera a ese ritmo acompasado
una extraña melodía desigual, sentimental,
rampante quizá
que el corazón variable nos canta en secreto
largamente ondulante
y que quizá sólo sea don exclusivo del hombre,
no del Cosmos ni de un orden que parece impersonal
sino nuestro, sólo nuestro, mínimo sin duda,
pero real, tan real
como una risa a veces, y otras veces como un ¡ay¡